Unidad 15: La Edad
Contemporánea
El siglo XIX
De Primo de Rivera a
Franco
La transición y la
democracia
La vida en el siglo XIX
El comentario de un texto
histórico
Identificar anacronismos
en la Historia
La concordia
Hola Muchachos. Aquí tenéis las actividades de repaso del Tema 14 de Cono. Son muy interesantes y os vendrá bien ir haciéndolas poco a poco para ir comprendiendo mejor el tema.
Unidad 14: La Edad Moderna
El descubrimiento de
América
El imperio hispánico
La crisis del imperio
La sociedad y la cultura
El análisis histórico de
una pintura
Reconocer la herencia de
la conquista de América
En contra de la esclavitud
Hola muchachos, aquí tenéis actividades digitales de repaso del Tema 13 de Cono. Es un tema un poco difícil, pero os animo a que hagáis todas las actividades, intentéis aprender lo máximo posible, y que preguntéis las dudas.
Unidad
13: De la Prehistoria a la Edad Media
La Prehistoria
La Edad Antigua
La Edad Media
A favor de la paz
ACTIVIDADES DE REPASO DEL TEMA 11. (Es interesante que las realices todas, y que preguntes las dudas...).
Unidad 11: La población y
la economía de Europa y las de España
Web interactivas
La población de Europa
Las actividades económicas
de Europa
La población y las
actividades económicas de España
La interpretación de un
mapa de migraciones
Comparar datos de dos
países
El consumo responsable
ACTIVIDADES DE REPASO DEL TEMA 10. (Es interesante que las realices todas, y que preguntes las dudas...).
Unidad 10: Los paisajes de
Europa y los de España
ACTIVIDADES DIGITALES DE CONO TEMA 9.
Unidad 9: La
representación de la Tierra
La Tierra y los mapas
El planisferio físico
El planisferio político
La localización de puntos
en un mapa
Identificar los elementos
de un mapa
Un mundo unido
Páginas y actividades para el día de Andalucía: 28 de febrero:
http://www.omerique.net/twiki/bin/view/Recursos/AndaLuciahttp://www.terra.es/personal2/pfigares/
http://averroes.ced.junta-andalucia.es/recursos_informaticos/concurso2001/alumnado_1/pag/cordoba/marcocord.htm
http://averroes.ced.junta-andalucia.es/recursos_informaticos/andared02/descubre_andalucia/index.html
http://averroes.ced.junta-andalucia.es/andresbernaldez/03proy/TIC/materiales/webbuena/index.htm
http://clic.xtec.cat/db/act_es.jsp?id=3254
Actividades día 16 de febrero:
Debéis meteros en la siguiente dirección e investigar en los enlaces de los siguientes apartados (de la información que viene aquí... habrá alguna pregunta en la próxima prueba de conocimientos):
Unidad 8: Las máquinas
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Web interactivas
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Jclic
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Las máquinas y sus usos
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Las partes de una máquina
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|
Los operadores mecánicos
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||
La dirección es la siguiente:
http://averroes.ced.junta-andalucia.es/loreto/sugerencias.html
Los experimentos de la señorita Elisa
La señorita Elisa
aquel fin de semana les propuso uno de sus famosos trabajos sobre
experimentos. A sus alumnos les encantaba aquella forma de enseñar, en
la que ellos mismos tenían que pensar experimentos que ayudaran a
comprender las cosas. Muchos tenían que ver con las ciencias o la
química, pero otros, los que más famosa la habían hecho, tenían que ver
con las personas y sus comportamientos. Y aquella vez el tema era
realmente difícil: la libertad. ¿Cómo puede hacerse un experimiento
sobre la libertad? ¿Qué se podría enseñar sobre la libertad a través de
experimentos?
Estas y otras preguntas parecidas se hacían los alumnos camino de sus casas. Pero ya se habían lucido con otros experimentos difíciles, y aquella vez no fue una excepción. El lunes llegaron con sus experimentos listos, y fueron mostrándolos uno a uno. Fueron muy interesantes, pero para no hacer muy larga la historia, la señorita Elisa me ha pedido que sólo cuente los experimentos de Amaya, Carlos y Andrea, que le gustaron mucho.
Amaya llevó 5 cajas de colores y le dio a elegir a la profesora. La maestra, agradecida, escogió la caja rosa con una sonrisa. Luego Amaya sacó 5 cajas amarillas, se acercó a Carlos y le dio a elegir. Carlos contrariado, tomó una cualquiera. La señorita Elisa, divertida, preguntó a Amaya cómo se llamaba el experimento.
- Lo he titulado "Opciones". Para que exista libertad hay que elegir entre distintas opciones. Por eso Carlos se ha enfadado un poco, porque al ser las cajas iguales realmente no le he dejado elegir. Sin embargo la señorita Elisa estaba muy contenta porque pudo elegir la caja que más le gustó.
Carlos había preparado otro tipo de ejercicio más movido: hizo subir a la pizarra a la maestra, a Lucas, un chico listo pero vaguete, y a Pablo, uno de los peores de la clase. Entonces, dividió la clase en tres grupos y dijo dirigiéndose al primer grupo:
- Voy a haceros una pregunta dificilísima; podéis elegir a cualquiera de los tres de la pizarra para que os ayude a contestarla. Quien acierte se llevará una gran bolsa de golosinas.
Todos eligieron a la maestra. Entonces Carlos dijo a los del segundo grupo:
- La misma pregunta va a ser para vosotros, pero tenéis que saber que a Pablo, antes de empezar, le he dado un papel con la pregunta y la respuesta.
Entre las quejas de los del primer grupo, los del segundo eligieron sonrientes a Pablo. Luego Carlos siguió con los últimos:
- Os toca a vosotros. Lo que les he contado a los del segundo grupo era mentira.
El papel se lo había dado a Lucas.
Y entre abucheos de unos y risas de otros, Pablo mostró las manos vacías y Lucas enseñó el papel con la pregunta y la respuesta. Po supuesto, fue el único que acertó la difícil pregunta que ni la maestra ni Pablo supieron responder.
Mientras los ganadores repartían las golosinas entre todos, Carlos explicó:
- Este experimento se llama "Sin verdad no hay libertad". Demuestra que sólo podemos elegir libremente si conocemos toda la verdad y tenemos toda la información. Los grupos 1 y 2 parecía que eran libres para elegir a quien quisieran, pero al no saber la verdad, realmente no eran libres, aun sin saberlo, cuando eligieron. Si lo hubieran sabido su elección habría sido otra
El experimento de Andrea fue muy diferente. Apareció en la clase con Lalo, su hámster, y unos trozos de queso y pan, y preparó distintas pruebas.
En la primera puso un trozo de queso, cubierto con un vaso de cristal, y al lado un pedazo de pan al aire libre. Cuando soltó a Lalo, este fue directo al queso, golpeándose contra el vaso. Trató de llegar al queso durante un buen rato, pero al no conseguirlo, terminó comiendo el pan. Andrea siguió haciendo pruebas parecidas durante un rato, un pelín crueles, pero muy divertidas, en las que que el pobre Lalo no podía alcanzar el queso y terminaba comiendo su pan. Finalmente, colocó un trozo de queso y otro pan, ambos sueltos, y Lalo, aburrido, ignoró el queso y fue directamente a comer el pan. El experimento gustó mucho a todos, y mientras la señorita Elisa premiaba a Lalo con el queso que tanto se había merecido, Andrea explicó:
- El experimento se llama "Límites". Demuestra que lo, lo sepamos o no, nuestra libertad siempre tiene límites, y que no sólo pueden estar fuera, sino dentro de nosotros, como con mi querido Lalo, que pensaba que no sería capaz de coger el queso aunque estuviera suelto.
Muchos más experimentos interesantes se vieron ese día, y puede que alguna vez los contemos, pero lo que está claro es que los niños de la clase de la señorita Elisa terminaron sabiendo de la libertad más que muchos mayores.
Estas y otras preguntas parecidas se hacían los alumnos camino de sus casas. Pero ya se habían lucido con otros experimentos difíciles, y aquella vez no fue una excepción. El lunes llegaron con sus experimentos listos, y fueron mostrándolos uno a uno. Fueron muy interesantes, pero para no hacer muy larga la historia, la señorita Elisa me ha pedido que sólo cuente los experimentos de Amaya, Carlos y Andrea, que le gustaron mucho.
Amaya llevó 5 cajas de colores y le dio a elegir a la profesora. La maestra, agradecida, escogió la caja rosa con una sonrisa. Luego Amaya sacó 5 cajas amarillas, se acercó a Carlos y le dio a elegir. Carlos contrariado, tomó una cualquiera. La señorita Elisa, divertida, preguntó a Amaya cómo se llamaba el experimento.
- Lo he titulado "Opciones". Para que exista libertad hay que elegir entre distintas opciones. Por eso Carlos se ha enfadado un poco, porque al ser las cajas iguales realmente no le he dejado elegir. Sin embargo la señorita Elisa estaba muy contenta porque pudo elegir la caja que más le gustó.
Carlos había preparado otro tipo de ejercicio más movido: hizo subir a la pizarra a la maestra, a Lucas, un chico listo pero vaguete, y a Pablo, uno de los peores de la clase. Entonces, dividió la clase en tres grupos y dijo dirigiéndose al primer grupo:
- Voy a haceros una pregunta dificilísima; podéis elegir a cualquiera de los tres de la pizarra para que os ayude a contestarla. Quien acierte se llevará una gran bolsa de golosinas.
Todos eligieron a la maestra. Entonces Carlos dijo a los del segundo grupo:
- La misma pregunta va a ser para vosotros, pero tenéis que saber que a Pablo, antes de empezar, le he dado un papel con la pregunta y la respuesta.
Entre las quejas de los del primer grupo, los del segundo eligieron sonrientes a Pablo. Luego Carlos siguió con los últimos:
- Os toca a vosotros. Lo que les he contado a los del segundo grupo era mentira.
El papel se lo había dado a Lucas.
Y entre abucheos de unos y risas de otros, Pablo mostró las manos vacías y Lucas enseñó el papel con la pregunta y la respuesta. Po supuesto, fue el único que acertó la difícil pregunta que ni la maestra ni Pablo supieron responder.
Mientras los ganadores repartían las golosinas entre todos, Carlos explicó:
- Este experimento se llama "Sin verdad no hay libertad". Demuestra que sólo podemos elegir libremente si conocemos toda la verdad y tenemos toda la información. Los grupos 1 y 2 parecía que eran libres para elegir a quien quisieran, pero al no saber la verdad, realmente no eran libres, aun sin saberlo, cuando eligieron. Si lo hubieran sabido su elección habría sido otra
El experimento de Andrea fue muy diferente. Apareció en la clase con Lalo, su hámster, y unos trozos de queso y pan, y preparó distintas pruebas.
En la primera puso un trozo de queso, cubierto con un vaso de cristal, y al lado un pedazo de pan al aire libre. Cuando soltó a Lalo, este fue directo al queso, golpeándose contra el vaso. Trató de llegar al queso durante un buen rato, pero al no conseguirlo, terminó comiendo el pan. Andrea siguió haciendo pruebas parecidas durante un rato, un pelín crueles, pero muy divertidas, en las que que el pobre Lalo no podía alcanzar el queso y terminaba comiendo su pan. Finalmente, colocó un trozo de queso y otro pan, ambos sueltos, y Lalo, aburrido, ignoró el queso y fue directamente a comer el pan. El experimento gustó mucho a todos, y mientras la señorita Elisa premiaba a Lalo con el queso que tanto se había merecido, Andrea explicó:
- El experimento se llama "Límites". Demuestra que lo, lo sepamos o no, nuestra libertad siempre tiene límites, y que no sólo pueden estar fuera, sino dentro de nosotros, como con mi querido Lalo, que pensaba que no sería capaz de coger el queso aunque estuviera suelto.
Muchos más experimentos interesantes se vieron ese día, y puede que alguna vez los contemos, pero lo que está claro es que los niños de la clase de la señorita Elisa terminaron sabiendo de la libertad más que muchos mayores.
ELECTRICIDAD ESTÁTICA:
Vas andando por un pasillo, te acercas a la puerta, te dispones a abrirla y... ¡ZAP!
¡Calambre! O bien llegas a casa un día frío, te sacas el jersey de lana, y... ¡BOING!
¡Todos los pelos se te ponen de punta! ¿Qué demonios está pasando? La respuesta: la
electricidad estática.
Todos los objetos que vemos están formados por
partículas minúsculas denominadas átomos. Aún
cuando la palabra átomo significa "indivisible", los
átomos también están formados por partículas todavía
más pequeñas. Cuando se bautizó al átomo,
obviamente, esto no se sabía. Estas partículas que
forman los átomos se denominan protones, neutrones y
electrones, y son bien diferentes entre ellas.
Una
característica que las diferencia es su carga eléctrica.
Los protones tienen carga positiva, los electrones
tienen carga negativa y los neutrones no tienen carga
eléctrica, son neutros.
Normalmente los átomos tienen el mismo número de
protones y electrones, de forma que las cargas positivas
y negativas se compensan. Así, la carga global del átomo resulta neutra. Pero si
frotamos dos objetos el uno contra el otro, algunos electrones pueden pasar de unos
átomos a los otros. Los átomos que ganan nuevos electrones adquieren carga negativa.
Los que pierden, resultan cargados positivamente. Cuando las cargas se separan de esta
manera se denomina electricidad estática.
¡Se me ponen los pelos de punta!
Si dos cosas tienen cargas opuestas, se atraen; pero si
tienen la misma carga, se repelen. Esto explica por qué
el cabello se nos pone de punta cuando nos sacamos un
jersey o un sombrero de lana. Dado que al realizar esta
acción frotamos nuestros cabellos con la lana, algunos
electrones del cabello pasan al tejido y así los pelos nos
quedan cargados positivamente. Las cosas con la
misma carga se repelen. Por lo tanto, los cabellos
intentan alejarse los unos de los otros. Como están bien enganchados a nuestra cabeza
(por suerte), lo más efectivo que pueden hacer es ponerse de punta, bien lejos del resto.